Mirar el trabajo de otros siempre resulta de gran ayuda a la hora de encontrar un camino alternativo al que, en apariencia, se nos impone con tenacidad como previsible o ya visto. No se trata de alentar la copia sino, por el contrario, de potenciar la inspiración, la búsqueda o el encuentro de nuevos caminos paralelos, diferentes, alternos y sin atajos. Saber mirar también es un proceso donde se aprende de los aciertos y errores propios y ajenos.
Tal vez hemos perdido en la abundancia digital (o adormecido que es otra forma de perder), la posibilidad de asombrarnos y redescubrir otras visiones y sutilezas que muchas veces se nos escapan en el trabajo cotidiano. La búsqueda de un lenguaje, de un estilo y de conceptos propios, está en la mirada de nuestro tiempo. En la impronta que deja en nosotros este segundo de la historia que nos toca vivir. Somos sujetos de ella y no hay atajo posible. Aquí algunas de las cosas que visitando la red me llamaron la atención hoy y me alimentaron los ojos. Diferentes formas de usar las tipografías y diferentes maneras de jugar con ellas.