“Si quieres ir rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina acompañado” (proverbio africano)
Comunicar en tiempos de hiperconectividad tiene, implícito, un desafío que no parece ser tan evidente. La adaptación al cambio no es suficiente. En realidad es el momento de generarlo y liderarlo. Hasta ahora las cosas estaban, dentro del torbellino de los tiempos, más o menos ¿claras?: (a) el cambio es lo único permanente y (b) todos somos prosumidores. (Aclaración, no me refiero al concepto energético tan de moda en estos tiempos, sino al original, al del mercadeo, más info aquí y aquí)
Este último punto tiene la gran paradoja de que aquello que es para todos (abundancia) no termina siendo para nadie (escacez). En esta jungla de hiperconectividad y de cambio constante, sólo ejercen ese inmenso poder quienes logran concentrar la escacez y lideran el cambio abundante. Por ejemplo y como tantos otros, Netflix no se adaptó al cambió, lo creó y lo lideró concentrando la escacez (y sin ingresos por publicidad tradicional) para una audiencia abundante. Ahora se abre otra historia con las futuras y no tan nuevas plataformas de contenidos (Amazon, Apple, Disney, plataformas locales y siguen las firmas). Preparen los pochoclos (palomitas de maíz) y que empiece la función con la paradoja invertida, ¿Abundancia de ofertas para una audiencia/demanda escasa?
Cualquier modelo de comunicación, de negocio, de diseño o de lo que se nos ocurra, tendría que contemplar el cambio de escenario en donde se tenga incorporado y valorado como experiencia (por sobre cualquier otra variable) al error, combustible que nos permite crecer, prevalecer y disponer de nuevos elementos que nos fortalecen y nos preparan para el próximo cambio que ya está ocurriendo. Nadie ha dicho fácil.