Es hora de prestar atención a las habilidades que requiere trabajar en una redacción moderna. Los protocolos viejos de contratación están completamente fuera de tiempo. Es algo muy común. Los estudiantes de Columbia van en búsqueda de un trabajo para el que están completamente calificados, luego de recibir el Master de periodismo en dicha universidad y haber tomado mis clases de multiplataforma, diseño y storytelling, en dónde el énfasis se encuentra en conceptualizar historias, pensando primero en pequeño y hasta una gran plataforma. Sin embargo, la descripción del trabajo la mayoría de las veces requiere un cierto número de años de experiencia. A veces tres, ideal cinco.
Justo estoy atravesando otro de estos episodios. Uno de mis estudiantes, quien es excelente como storyteller, aplicó para un trabajo. Aún así, el periódico en dónde mandó su solicitud requiere cinco años de experiencia como condición excluyente. Sin eso, ni mirarán su aplicación.
Trabajo con esa redacción y conozco su equipo íntimamente. De hecho, muchos de los miembros del equipo con los que trabajo ahí tienen diez, quince y hasta veinticinco años de experiencia. La mayoría de esos años, sin embargo, los han pasado con la palabra “diario impreso” escrita por sobre cualquier otra palabras. Agregar a periodistas jóvenes, que no recuerdan la vida sin Google y que son el producto de la nueva era digital sería claramente un beneficio para las redacciones. Pero eso no pasó ni está pasando, porque los protocolos para contratar fueron seteados décadas atrás.
Urge un aviso urgente para quienes administran estas redacciones: repensar estos requisitos y empezar a contratar a gente joven con talento. Quienes entienden el sorytelling móvil pueden traer aprendizajes para sus colegas.
Por dos años seguidos tuve la intención de alentar a los editores de redacciones en dónde conduzco talleres para que reconsideren revertir el rol de los mentores. En general, un mentor es una persona mayor, con experiencia, que provee una guía para proteger al aprendiz. Todos nos hemos beneficiado con esta figura durante el proceso de nuestra carrera.
Hoy, sin embargo, creo que el valor se crea con una vuelta en los roles. Esa persona nueva que contratamos, que completó su maestría hace muy poco puede ser un valioso mentor para los editores. Con respeto mutuo y entendimiento, su colaboración puede ser beneficiosa para todos. Esto puede lograrse, pero primero hay que intentarlo. Mientras le digo adiós a mis estudiantes de Columbia para verlos definitivamente dentro del mundo de trabajo real, después de su graduación, les recomiendo fuertemente que sugieran que pueden ser mentores de sus jefes, particularmente en las áreas del storytelling móvil y diseño. Esos son los nuevos lenguajes de estos tiempos.
No estoy diciendo que tenga experiencia alguna en el area de Recursos Humanos y manejo de contrataciones, soy un simple observador de lo que pasa en las redacciones. Casi todas las semanas de mi vida han sido así. Creo que los protocolos de contratación han quedado obsoletos, como la máquina de enviar fax. Las redacciones, estén dónde estén, pueden beneficiarse de lo que los jóvenes graduados pueden traerles a su mesa. Pero antes que eso pase, los administradores tienen que revisar los protocolos para contratar empleados y aceptar, que a veces, el conocimiento y el entrenamiento en periodismo móvil y digital puede ser más útil que la cantidad de experiencia en un currículum.